miércoles, 13 de agosto de 2014

La cálida boca de mi hermana.

Las cosas que he contado no fueron pasando día tras día, pero si van en orden cronológico: primero me enseño los senos, después me masturbó en mi cuarto, luego nos duchamos juntos y esta historia fue dos o trs semanas después de la ducha juntos. Mis padres habían salido de la ciudad, sólo iban a pasar fuera esa noche. Ellos, al menos hasta ese día, no habían sospechado que mi hermana y yo hacíamos cosas que "se supone no deben hacer los hermanos." Entonces nos dejaron solos, total, sería una noche y ya.

Esta sería la cuarta ocasión en la que pasaría algo entre nosotros, por lo cual, yo ya me las olía. Yo nunca había hecho nada, o sea yo nunca me le insinué, ella en todas ocasiones había empezado y ese día no era la excepción. Era casi media noche, estaba algo decepcionado porque yo esperaba que algo pasara desde las 8 de la noche y ya llevaba casi 4 horas esperando, hasta creí que ya no pasarían más cosas pues no había pasado nada durante semanas. Oí entonces sus pasos fuera, en el pasillo, y cuando la oí pasar le grité que viniera. Ella entonces entró, traía puesta su bata de dormir, cosa normal hasta ese entonces. Estaba yo en el sillón de mi cuarto del que ya les hablé y la invité a sentarse a mi lado. Le comenté una cosas graciosas que había visto en facebook y que había pasado con mis amigos, ella también hablaba de cosas que no tenían nada que ver con sexo ni con lo que habíamos pasado. Fui un cobarde, pues, además de llamarla a mi habitación no hice más nada para comenzar algo, estaba muy nervioso y prácticamente ni la veía, estaba yo pegado al celular. Ella creía que yo realmente estaba interesado con lo que sucedía en la pantalla de mi celular porque me dijo:

   — Hermano, no me haces caso. de verdad creo que estás incómodo con lo que hemos hecho.
   — No, perdóname.
   — Sí crees que me enoja o que no me gusta estás equivocado. Hay confianza, no tengas pena.
   — No, es que pues es algo raro, ésto, lo que hacemos.
   — No es raro, nos gusta y yo no me molesto, en verdad hay confianza, está bien hacerlo.
   — Bueno hermana. Te pondré más atención. ¿Que quieres hablar?
   — Esto me ha dejado pensando... ¿te parezco atractiva enserio o lo haces porque existe la oportunidad y ya?
   — ¿Qué dices? de verdad me pareces muy atractiva, eres linda de rostro y tienes muy buenos... ya sabes.
   — Gracias... pero entonces por que no veo interés en ti por hacer cosas.
   — Ya te dije... me parece extraño... pero bueno... ¿tienes más preguntas?
   — Sí, una. ¿Tienes alguna fantasía conmigo?

Esa pregunta me retumbó en la cabeza. Claro que desde que hacemos cosas fantaseo con ella, cualquiera quien viva algo así con su hermana comenzaría a tener pensamientos eróticos de ella. Pero la pregunta aquí era ¿debo contestar con honestidad? Soy un paranoico así que creí que tal vez me lo preguntara para tener una excusa por la cual enojarse y dejar de hacerlo... pero bueno, ella también había sacado la charla de hoy y dijo que estaba bien hacer cosas. Decidí no decirle toda la verdad pero tampoco negar que fantaseo con ella. Le diría una fantasía soft. No iba a decirle las fantasías que involucraban penetrarla al fin, meter mi pene en su vagina era algo que invadía mi cabeza antes de dormir y la primera vez que la veía en la mañana. Le diría alguna otra de las que tengo... ¿qué es lo que quiero hacer antes de penetrarla?... ¡Oh sí! tocar por fin sus grandes senos.

   — Sí, tengo una...
   — Y ¿cuál es?
   — Quiero... bueno... tocar-tocarlos.
   — ¿Hablas de mi pecho?
   — Sí.
   — Eso se puede solucionar aquí.
   — Vaya, me gustaría, pero antes de dejar el tema... ¿tú tienes fantasías conmigo?
   — Bueno, sí. Ya te dije que me gusta que me vean masturbándome, así que lo que me gustaría es que un día entraras a mi habitación sin llamar a la puerta mientras yo me estoy masturbando.
   — ¿Y como voy a saber yo que estás haciéndolo?
   — ¿A caso no escuchas mis gemidos? En ocasiones hasta grito para que me oigas y entres... pero nada. En fin... a lo que vine...

Ella se levanto y se quitó su bata. Me sorprendió su decisión, lo hizo sin un rasgo de timidez. Pero lo sorprendente fue que yo esperaba ver debajo su pijama, pero no, tenía puesta su ropa interior solamente: sostén y calzón. Dejó su bata en el sillón y se sentó de nuevo junto a mi. Sentada se quitó el sostén y me invitó a tocarlos. Y ahí estaba yo, con una erección que hasta dolía, listo para tocar sus senos por primera vez. Puse mi mano sobre ellos, eran fantásticos, en ese instante me enamoré de ellos, eran tibios, suaves, y tenían la consistencia perfecta, no eran duros ni aguados. Mientas los masajeaba sentí que me salió un poco de semen sin siquiera tocarme el pene. Estaba de verdad excitado. Mientras yo tocaba sus pechos ella comenzó a tocar mi pene. Sentía delicioso, ella tocando mi pene mientras yo tocaba sus senos. Entonces ella se quito el calzón, quedando desnuda a mi lado. Su vagina ahora tenía un poco de vello pero no me importó, igual era una hermosa vagina. Quité las manos un momento de sus senos para quitarme yo mi pantalón y mis boxers. Ahora mi pene estaba al aire. Volví a colocar mis manos en sus pechos y en veces pellizcaba sus pezones y ella lanzaba pequeños gritos agudos. Mi hermana también había vuelto a colocar su mano en mi pene ahora desnudo pero esta vez puso su otra mano en su vagina, me masturbaba con una mientras se masturbaba con la otra, todo un espectáculo a mi ojos. Seguimos así por unos minutos, sin decir una palabra, sólo gemíamos.

Después ella rompió el silencio diciendo: Tengo otra fantasía... quiero chupártela. Una vez más sus palabras me helaron. Mis manos seguían en sus senos pero ya no las movía. — ¿Puedo? -me preguntó. Y yo no hice más que asentir con la cabeza. Ella entonces se dejó de tocar la vagina y soltó mi pene para ponerse de pie. Me miró a los ojos y luego miró mi pene, me puso sus manos en mis rodillas y comenzó a inclinarse, abrió su boca y dejó que mi pene entrara en ella. Entonces se hincó teniendo mi pene en su boca y lamiendo, no era una principiante, lo estaba haciendo demasiado bien. Llevaba mi pene dentro y fuera de su boca, sentía como con su lengua daba giros alrededor de la cabeza de mi pene. Yo me incliné entonces un poco y alargue el brazo hasta alcanzar su húmeda vagina, tan húmeda como su boca. De la vagina ya salía un poco de líquido, había unas cuantas gotas en el suelo justo bajo su vagina. Introduje un dedo en ella. Estuvimos así, ella me hacia sexo oral y yo la dedeaba. Mi hermana acabó primero, le temblaron las piernas y casi se va de lado, de no ser porque estaba agarrada de mis pernas. Al ver eso y al oír como ahogaba su fuerte gemido por tener mi pene dentro de su boca yo acabé, llene la boca de mi hermana con mi semen... algo demasiado raro, y si lo que paso antes me había remordido un poco la conciencia, ésto fue peor.

   — Discúlpame por favor, de verdad lo lamento... no quise venirme en tu boca, fue de pronto.

Ella tragó mi semen para contestar. Pensé que lo vomitaría después de tragar.

   — ¿Bromeas? es un fetiche mio, amo en los videos porno cuando el hombre al final se viene en la cara de la mujer o en su boca. Y me gusta que los hombres me lo hagan a mi.
   — ¿Hablas enserio?
   — Sí, no miento. -se chupaba los labios donde aun había un poco de mi semen.

Mi hermana levanto sus cosas, me dio un beso en la mejilla de buenas noches y se salio. Ya afuera me gritó: ¡Gracias! estuvo súper.




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Les recomiendo que guarden la pagina de mi blog que es: http://www.elcomienzoconmihermana.blogspot.mx/   aquí estaré subiendo más de mis historias con mi hermana.


3 comentarios:

  1. Pero que fantasía mas buena.....sapbeeee

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    1. ¡Felicidades! ¡Bonita historia! Para obtener más información como esta, visite mi perfil.

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  2. oye dices que este es el cuarto donde puedo leer los primeros 3 ??

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